Sí, llegó el día de dar nuestra opinión sobre este tema. Todo el mundo tiene una opinión al respecto, desde los más entendidos en vino hasta los aficionados. Pero, ¿es imprescindible el uso del corcho para tapar los vinos?

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Empecemos por lo básico: ¿de qué está hecho el corcho? El corcho se extrae de la corteza del alcornoque. Es un material poroso, que puede dejar entrar el oxígeno y además es impermeable. Los defensores del corcho dicen que los tapones de rosca pueden provocar ‘asfixia’ al vino, por privarlo de oxígeno. Los que defienden el uso de los tapones de rosca y sintéticos dicen que con estos tapones se evita el ‘sabor a corcho’, que no es sino la contaminación del vino por la molécula TCA.

Por otra parte, se debe tener en cuenta que no todo el corcho es igual. Existen diferentes calidades de tapones de corcho:

– El tapón natural es de corcho 100%.

– El tapón aglomerado es de corcho natural procesado con polvo de corcho y látex.

– El tapón gemelo o de dos piezas es una combinación de tapón de aglomerado con disco de corcho natural en cada cabeza.

– El tapón corona es una chapa metálica con forro interior de corcho de hasta 3 mm, utilizado para el cava y otras bebidas carbónicas.

La pregunta del millón: ¿es importante el corcho para que pueda respirar el vino en la botella? Muchos creen que el vino en contacto con el corcho mejorará el vino. Pues bien, existen posibilidades prácticamente infinitas. Para algunos vinos puede estar bien y para otros no, todo depende de lo que el bodeguero pretenda conseguir.

El tapón sintético, por ejemplo, se utiliza cada vez con mayor frecuencia para sellar vinos jóvenes. Lo anterior porque, al estar diseñados para beberse pronto, requieren un tapón que funcione en el corto plazo. Además, los tapones sintéticos no tienen la misma elasticidad que el corcho y al cabo de tres años pierden su hermeticidad.

Hace unos días un bodeguero nos comentó que lo más complicado para un enólogo era proyectar sus vinos hacia el futuro. «Lo fácil es hacer el vino con las características determinadas que quieres, lo complicado es pensar cómo quieres que evolucione ese vino y cómo le sentará el tiempo o determinadas condiciones a los vinos», nos decía. Totalmente cierto. Puede que a algunos vinos les siente bien el contacto con con el oxígeno y el corcho; otros, en cambio, pueden empeorar sus características.

Lo que muchos se preguntan es: ¿un vino con tapón de rosca es un vino malo? No tiene por qué. Puede que ese tapón de rosca contenga de manera perfecta las propiedades del vino. Todo es cuestión de probar y no tener prejuicios. En algunos países como Estados Unidos, Suiza, Australia o Nueva Zelanda el tapón de rosca es de uso común. Sin embargo en España, Francia o Italia, por ejemplo, todavía hay resistencias a la utilización de la rosca.

El principal debate gira en torno a reducción vs. oxidación, es decir, si el tapón de rosca es peor porque puede producir la reducción de un vino por hermetismo, o bien, si el tapón de corcho es peor porque produce su oxidación por el contacto con el oxígeno.

Entre las soluciones propuestas está el tapón ‘Helix’, hecho de corcho y con apertura de rosca. En otras palabras, lo mejor de ambos mundos para contentar a todos.

Hay que admitir que todo amante del vino disfruta descorchando una botella de vino y la rosca no tiene la misma magia, pero lo cierto es que ambos se complementan y pueden convivir.

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