Todos tenemos el típico amigo que se cree que sabe de vinos más que nadie y al que escuchas meter la pata una y otra vez. Hoy te damos algunos consejos para no parecer prepotente y que te tomen en serio.

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1. Ser humilde
Lo cierto es que cuanto más aprendes en el mundo del vino te das cuenta de que nunca llegas a saber suficiente. Por lo tanto es importante mantenerse humilde. Además, si intentas impresionar demasiado puede que te salga el tiro por la culata y acabes diciendo alguna incoherencia.

2. No aparentar que conoces algo de lo que no tienes ni idea
Por ejemplo, aspectos relacionados con la viticultura o la elaboración, e incluso sobre algunos vinos. Si te piden opinión sobre un vino del que nunca has escuchado hablar es mejor que digas que no lo conoces, porque podrías pasar un mal rato. Existen miles de bodegas en todo el mundo -en España se habla de casi siete mil- y es imposible conocer todas las referencias, así que si no conocemos un vino lo mejor es reconocerlo.

3. El mejor vino no es el más caro
Lo cierto es que el mejor vino es el que más te gusta, pero también es verdad que existen gran cantidad de vinos con una excelente relación calidad-precio. En ocasiones que un vino cueste el doble no quiere decir que sea dos veces más bueno. Hay muchos vinos baratos que, en su gama, son excelentes y muchos vinos muy caros que son muy buenos pero quizá no tanto para justificar su precio.

4. Prueba, prueba y prueba
La única manera de saber y conocer de vinos es probando. Cuanto más pruebes te darás cuenta cuánto te falta por aprender. El vino siempre te sorprende.

5. Pregunta y escucha
Si no estás seguro de algo lo mejor es preguntarlo. Puedes preguntar en la bodega en la que compras los vinos o al sumiller que te trae la botella a la mesa. Para aprender de vinos es fundamental preguntar y saber escuchar.