Cuando tenemos invitados en la casa compramos distintos vinos para sacar durante la velada. Seguro que más de una vez te has preguntado cuál es el orden correcto de consumo de los vinos.
Hoy vamos a desmitificar el orden establecido. Algunos expertos aconsejan el orden clásico, es decir, del vino más ligero al más potente. La razón es que sería desafortunado empezar por un vino muy potente y seguir con uno más delicado puesto que no se apreciarían todas las notas del segundo. El orden clásico sería el siguiente:
a. Vino espumoso o cava
b. Vino blanco joven
c. Vino blanco intenso o vino tinto joven
d. Vino tinto intenso, con más estructura.
e. Vino de Jerez (exceptuando el fino y la manzanilla, que se suelen servir con los aperitivos)
f. Vino dulce
Pero las reglas no son universales y es perfectamente posible acompañar toda la comida con un cava y no dejarlo solo para el aperitivo.
También se podría empezar con un tinto joven y terminar con un blanco complejo y con barrica. Hay que romper mitos como que los blancos van con pescado y los tintos con carnes. Depende de qué blanco y de qué tinto. Es perfectamente posible acompañar una comida con un vino de Jerez; el amontillado, por ejemplo, resulta estupendo para acompañar unos chiles en nogada.
Lo más interesante es que el vino armonice con los sabores de la comida y que estos sabores vayan de manera creciente. Para saber más sobre maridaje no olvides visitar nuestro artículo sobre el tema.
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