España es uno de los mayores productores de vino a nivel mundial y siempre se disputa el primer puesto con Francia e Italia, es por ello que uno podría aventurarse a pensar que en todos los bares y restaurantes españoles saben de vinos. Nada más alejado de la realidad.

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El vino parece estar de moda en el mundo. En España el último año el consumo de esta bebida ha registrado un incremento de casi un 15%, con el paso de los 8,8 litros por persona a los 10,1. Sin embargo, los españoles aún prefieren la cerveza sobre el vino. Un reciente estudio de Constanza Business & Protocol School reveló a principios de enero que los españoles compran anualmente 23 botellas de vino, frente a las 58 de los italianos, 57 de los franceses y 56 de los portugueses.

Esta falta de costumbre es una de las razones por la que pedir una copa de vino en cualquier bar o restaurante español puede resultar una auténtica lotería. La poca exigencia de los consumidores y su desconocimiento en torno al tema provocan que en muchos sitios se sirvan vinos mediocres e incluso francamente malos. Aquí te damos una lista de señales para que tengas cuidado de pedir vino en un lugar si sucede lo siguiente:

1. Si preguntas qué vinos tienen y te contestan con el nombre de la denominación de origen o de la uva. El asunto se agrava si el nombre de la denominación lo dicen en diminutivo. El hecho de que un vino pertenezca a una denominación de prestigio o contenga una uva muy reconocida no quiere decir que sea bueno necesariamente. O malo, claro está. En cada D.O. se produce una gran diversidad de vinos, por lo que hay buenos y malos en todas partes. Esta actitud de los camareros denota desconocimiento del tema y, por otra parte, desinterés de los responsables en formar a su personal. En otras palabras, si les da igual conocer y promover los vinos que tienen probablemente también les dé igual hacer una buena selección.

2. Si preguntas por la carta de vinos y se te quedan viendo como si hubieras pedido la cosa más rara de este mundo. Esta señal está ligada a la primera y forma parte del mismo problema. En muchos sitios no tienen carta de vinos pero hay un pizarrón en la pared donde aparecen los vinos por copa y su precio, señal de que los propietarios o encargados están interesados en que sus clientes tengan esta información.

Lo mismo aplica a si preguntas por las características del vino y te dicen que está bueno sin más, en lugar de que te digan si es joven o tiene crianza, de qué tipo de uva está hecho y la zona en la que se produce. Tampoco se trata de que te enlisten todas las características del vino, pero lo menos que se puede esperar es un poco de información al respecto.

3. Si entras a un bar o restaurante cuyo nombre está relacionado con el mundo del vino y sólo tienen una o dos referencias. Parece mentira pero esto es algo que nos ha sucedido en verdad, encontrar lugares que se llaman algo así como ‘El hogar de los vinos’ (nombre inventado), entrar, preguntar por los vinos y encontrarte con un vino de la casa de baja calidad. Mejor pide otras cosa en ese lugar. Hace poco entramos a una taberna berciana en Madrid en la que no contaban con ningún vino de la D.O. Bierzo.

4. Si los vinos tintos, por ejemplo, están a temperatura ambiente o los blancos excesivamente fríos y si el local no cuenta con, al menos, una pequeña vinoteca para regular la temperatura de los vinos. En muchos locales existen estos artefactos, no son nada fuera de lo común (o al menos no deberían serlo) en el mundo de la restauración. Sin embargo, suele ocurrir en no pocos sitios que el vino tinto lo tienen en la barra debajo de una lámpara halógena y el blanco en el congelador. En ese caso mejor pedir una cerveza.

Deseamos que estos consejos, medio en broma pero medio en serio, les sean de utilidad. Tampoco es bueno caer en el esnobismo de pasar revista a cada uno de los sitios como si fuésemos expertos sumilleres o inspectores de la Gúia Michelin. A veces conviene relajarse y pedir una cerveza, o bien, aventurarse y pedir una copa de vino, que también ocurren sorpresas agradables.

Y ustedes, ¿han ido algún bar o restaurante en el que alguna cosa así les haya sucedido? Cuéntenos su experiencia.

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