‘Demencia de Autor’ es un vino tinto producido en El Bierzo (Castilla y León), a partir de cepas viejas de la variedad Mencía, con una crianza de más de un año en barricas de roble francés. Pero esta es sólo una descripción de sus principales características. Lo cierto es que se trata de un vino que ha sufrido un paulatino proceso de transformación hasta convertirse en lo que es hoy, un vino honesto hecho con verdadera pasión. Su principal impulsor, Nacho León, nos contó las razones del cambio y cómo ha evolucionado su forma de entender el vino.
Este verano quedamos de ver a Nacho León en el restaurante Alcón Valdés Quesos & Vinos de Ponferrada, que Rebeca Pedreira dirige con tanto acierto. Entre tapas bercianas transcurrió una conversación desenfadada, en la que Nacho nos habló del origen de su bodega Demencia Wines y la gran acogida que tuvo ‘Demencia de Autor 2006’ cuando salió al mercado, lo que consolidó el proyecto.
La idea de este vallisoletano siempre fue crear un vino diferente, que contribuyera a la riqueza enológica de una región en la que durante muchos años se produjeron vinos para consumo propio. Cuando hace unos años se empezaron a producir vinos de extraordinaria calidad y se reconoció el potencial vinícola de la variedad Mencía, Nacho decidió emprender una aventura que lo ha llevado a recorrer un camino de crecimiento personal y profesional.
Tuvimos la oportunidad de catar varias añadas de ‘Demencia de Autor’ y constatar de primera mano el desarrollo que ha experimentado este vino. Catamos las añadas 2007, 2008, 2009 y 2010 en botella -ya que la 2006 se agotó pronto- y luego en la bodega probamos las añadas siguientes directamente de las barricas en las que aún permanecen, para transformarse con el tiempo en el vino que ha pensado Nacho.
Sobre esto hay que decir que en el caso de ‘Demencia de Autor’ no hay una añada mejor que otra, pues todas ellas, diferentes entre sí, tienen algo muy especial que las define. En resumen, cada escalón que ha dado el proyecto de Nacho León ha estado orientado hacia la producción de unos vinos que respetan la tierra y la variedad a la que representan; que son perfectos en su imperfección, porque sacrifican la redondez en aras de la expresión.
Cuando terminamos de visitar la bodega, acompañamos a Nacho a Villafranca del Bierzo, donde se encuentra uno de sus viñedos. Caminar entre las vides fue una experiencia realmente satisfactoria, pues vimos a Nacho en su elemento, el cuidado de las viñas. Durante unos minutos fuimos libres de disfrutar del maravilloso paisaje de agosto, cuando las uvas han completado el envero y están en la etapa de maduración. Y nos quedamos prendados del Bierzo, de los vinos de Demencia Wines (‘Demencia de Autor’ y ‘Pyjama’, su tinto joven con 5 meses de crianza en barrica), con muchas ganas de buscar algún pretexto para regresar a visitarlo.