Grupo Freixenet presentó, dentro de ‘Enofusión 2017’, cinco vinos a los que denominó «de subasta», en una original cata dirigida por el sumiller Custodio López Zamarra, con la colaboración del restaurante A’Barra de Madrid y su jefe de cocina Juan Antonio Medina.
La denominación «de subasta» obedeció a que algunos de los vinos catados ya no se encuentran disponibles en el mercado, sino que fueron seleccionados del fondo de la enoteca de las bodegas más emblemáticas del grupo.
El vino inaugural de la sesión fue el champagne ‘Titanic Millesimé Magnum 1990’ de la bodega Henri Abelé. Un vino monovarietal de Chardonnay, con 26 años de vida pero con un limpio color dorado que aparenta una mayor juventud; en nariz notas de manzana asada, bollería, complejidad; en boca mucha frescura, volumen, potencia, una burbuja fina muy bien integrada y alguna nota de oxidación prácticamente imperceptible. Un gran champagne en todos los sentidos.
El segundo vino fue el cava ‘Casa Sala Cuvée de Prestige Vintage 2007’, de Freixenet. Con 8 años de crianza en rima, se aprecian en nariz tostados marcados; en boca muy buena acidez, burbuja integrada, cremosidad, y de nuevo tostados acusados en el retrogusto. Elaborado con las variedades xarel.lo y parellada, solo se producen 20 mil botellas anuales de este cava.
El tercer vino fue el tinto ‘Orube Alta Expresión 2015’ de las Bodegas Solar Viejo de Rioja. Un vino joven, con notas frutales intensas en en nariz, también lácteas y especiadas; en boca recuerdos de yogurt, pimienta negra, taninos muy presentes pero no molestos y frutos negros como mora o saúco. Un Rioja moderno, 100% variedad tempranillo, al que aún le queda tiempo de botella para redondearse.
Posteriormente catamos ‘Vi de Guarda 2010’ de Celler Morlanda (Priorat). En nariz notas de ciruelas maduras y compotadas, salinidad; en boca taninos muy acusados, pero equilibrados con la frescura del vino, mineralidad y algún rastro leve de oxidación.
El último vino fue ‘Honoris de Valdubón 2012’, de Ribera del Duero. Un vino con una nariz muy potente en la que advertimos mucha fruta negra, tostados discretos, pimienta blanca, balsámicos, incluso algo de fresa; en boca encontramos equilibrio, taninos muy pulidos, frescura bien integrada, volumen, persistencia; un vino que tiene todavía buen recorrido por delante.
Los maridajes propuestos fueron una falsa trufa de Torta del Casar envuelta en aceituna negra deshidratada, con mucha potencia; pastelillo de manzana relleno de morcilla; kebab de presa ibérica con salsa picante de yogurt, pepino dulce, cebolla roja encurtida al estilo yucateco y algunos brotes; bacalao ahumado al pil pil de setas y piñones.
En términos de armonías consideramos que el pastelillo de manzana relleno de morcilla acompañó bien al ‘Honoris de Valdubón 2012’, por su potencia en boca; el kebab armonizó con el ‘Orube Alta Expresión 2015’ por su juventud y frescura, así como el bacalao ahumado resultó buen acompañante del ‘Casa Sala Cuvée de Prestige Vintage 2007’ por la consonancia entre los tostados del vino y el ahumado del bacalao. Una cata interesante y divertida, en la que pudimos catar algunas de las joyas enológicas más preciadas de Grupo Freixenet.