Los llamados ‘vinos de terruño’ son aquellos que reflejan las características del lugar en el que se producen. El famoso ‘terroir’ (en francés), no es sino la suma de los elementos propios de la situación geográfica de la bodega -tales como el clima, la altitud, el suelo- y del trabajo de los elaboradores -el tratamiento del viñedo, la selección de las uvas, la forma de vinificación, por ejemplo.
El pasado 5 de octubre la distribuidora Mibíl Vinos llevó a cabo su Tercer Salón de Vinos del Terruño, en el Hotel de las Letras de Madrid, donde bodegueros de toda la geografía española pudieron presentar sus productos al público asistente. Fue una experiencia muy enriquecedora, en la que pudimos catar vinos de gran calidad, algunos de ellos auténticos desconocidos por su limitada producción.
Una de las bodegas que más nos llamó la atención fue la de José Antonio García, ubicada en la zona del Bierzo (León). Este joven enólogo produce unos vinos singulares, que se caracterizan por su elegancia y finura, así como por el respeto a la variedad y a la tierra.
‘El Chuqueiro 2014’ es toda una declaración de su filosofía. Se elabora con uvas de la variedad Godello, cultivadas en Valtuille de Abajo en dos viñedos propiedad de la bodega, uno con suelo arcilloso y el otro arenoso. La vinificación se realiza por separado y posteriormente se ensambla. La arcilla proporciona estructura, mientras que con la arena se consigue finura.
Un vino que te traslada al campo. En boca es muy fresco, con fondo salino, mientras que en nariz destacan sus aromas florales, principalmente manzanilla y hierba recién cortada. Un Godello que se aleja de la tropicalidad en favor de la elegancia y la sutileza, con cuatro meses de crianza sobre lías que le aportan redondez.
Frente a este blanco joven nos encontramos con ‘Aires de Vendimia Blanco 2013’, también Godello de viñedos centenarios, con una fermentación de entre 7 y 8 meses. Tiene 12 meses de crianza en barricas usadas de 500 litros de roble francés y 12 meses de botella. Se trata de un vino de excepcional calidad con una producción limitada de 654 botellas.
García también produce unos tintos sorprendentes. El más joven, ‘Unculín 2014’, está hecho con uvas de la variedad Mencía, cultivadas en Valtuille. Recuerda mucho a las mencías gallegas, tanto por su nariz como por su cuerpo medio. Destacan sus aromas frutales, con algunas notas lácticas y minerales. En boca es fresco y ligero.
Sin duda ‘Aires de Vendimia Tinto 2012’ es la joya de la corona de esta pequeña bodega. Hecho con Mencía de viñedos viejos, con aproximadamente 11 meses de crianza en barrica de roble francés con sus propias lías. Se trata de un vino potente, con una acidez muy equilibrada y un marcado carácter mineral con toques balsámicos. Vinificado con un 70 por ciento de uvas con raspón seleccionado, fermentación en barricas abiertas, embotellado sin filtrar, clarificar o estabilizar, son algunas de las características que hacen tan especial a este vino.
José Antonio García comparte la filosofía de su amigo y famoso enólogo Raúl Pérez, cuyos vinos han puesto a la zona del Bierzo en el mapa enológico mundial. Además, García desciende de una familia de viticultores. Su abuelo, Santos García, fue un viticultor muy reconocido por el cuidado que daba a sus viñedos, que hoy tienen entre 75 y 110 años de existencia; algunos resistieron a la plaga de la filoxera que asoló a Europa en los últimos años del siglo XIX. José Antonio creció en esos viñedos con historia y precisamente son los que ahora cultiva para la elaboración de sus vinos.
Hasta aquí la primera parte de este recorrido por los ‘vinos de terruño’. Y tú, ¿alguna vez has probado un vino del Bierzo? Cuéntanos tu experiencia.